En Pueblorrico, un rincón del Suroeste antioqueño donde casi todo gira alrededor del fútbol, un joven decidió cambiar la historia. Emanuel Yépez Mesa, de apenas 14 años, no quiso ser delantero ni arquero: escogió el baloncesto y hoy tiene a todo un pueblo orgulloso.
En las calles lo recuerdan con la pelota naranja bajo el brazo, tirando al aro hasta que oscurecía. Ese vicio por entrenar lo llevó a ganarse un lugar en la Selección Antioquia Sub-14, equipo que acaba de meterse a las semifinales del Torneo Nacional Interligas en Moniquirá, Boyacá.
“Juega con garra, no se achica en ninguna”, dicen sus entrenadores. Y no es para menos: Emanuel ha sido clave en cada partido, sumando puntos y contagiando a sus compañeros de esa berraquera que lo caracteriza.
En Pueblorrico la emoción es total. Vecinos y familiares siguen los resultados como si se tratara de una final de la Copa América. “Ese es nuestro orgullo”, cuentan en las tiendas del pueblo, donde todos ya saben quién es Emanuel, el muchacho que está dejando en alto el nombre del suroeste.
Pero esto va más allá de un torneo. La historia de Emanuel demuestra que el talento paisa nace en cualquier esquina, incluso en los municipios más pequeños. Su disciplina, su pasión y su entrega en la cancha son el reflejo de una generación que quiere demostrar que en Antioquia no hay sueños imposibles.
Ahora, con las semifinales en la mira, la pregunta es una sola: ¿hasta dónde llegará este pelao? Lo cierto es que, pase lo que pase, Emanuel ya hizo historia: convirtió el nombre de Pueblorrico en tendencia nacional y le mostró a Colombia que desde el Suroeste se puede brillar en grande.




