Un hombre agregó a una “princesa paisa” por redes sociales y la invitó a salir. Cuando se conocieron, se tomaron varias copas de licor en una exclusiva y famosa zona de El Poblado.
El hombre estaba muy “contentico”, luego de unos “aguardienticos”, veía todo bonito, porque había conquistado a la dama, en Medellín, se tomó varios energizantes, compró los preservativos y se las llevó, con una sonrisa de oreja a oreja, hasta su casa en el barrio Buenos Aires de Medellín.
Al llegar al lugar, más esperado por ambas partes, entraron a un callejón, abrieron la puerta, siguieron la fiesta, bailaron y bebieron hasta que la mujer le aplicó a la copa de su pretendiente una pequeña dosis de escopolamina.
La víctima solo recuerda que la chica tocó una baldosa con un tacón, se abrió una puerta, se asomaba por las ventanas, hasta por el balcón y de un momento a otro le cambió su mirada, pues tenía las cejas pintadas como las princesas malas de los cuentos de los Hermanos Grimm.
Al ver que el antioqueño cerró los ojos, como para dormir dos días seguidos, comenzó a desfalcar sus tarjetas, empacó las joyas, dinero y salió, como si estuviera “enjalmada”, con una gran cantidad de bolsas en sus hombros y manos.
La mujer pidió un carro y escapó con rumbo desconocido.
Esta no es la primera vez que esta chica aparece en Prensapaisa.com. En varias oportunidades los extranjeros la buscan, por cielo y tierra, para que les devuelvan sus documentos y poder salir de la ciudad para regresar a su país natal.