Un hombre ingresó a un negocio de mascotas en el barrio Carmelo, Bello, a comprar cuido para gatos. Luego, sus ojos brillaron como si hubiera visto dólares, aprovechó que la vendedora buscaba menuda para devolver y se apoderó de un objeto de valor.
Pues el cliente confundió su billetera que tenía una gran suma de dinero y tarjetas bancarias de otra persona.
El dueño pidió muy amablemente devolver, por lo menos, los documentos, porque los necesita para identificarse en la ciudad.