Una avenida torrencial registrada en la vereda El Toro, zona rural del municipio de Dabeiba, Occidente antioqueño, dejó un saldo preliminar de cuatro personas fallecidas, tres desaparecidas y siete heridas. Las fuertes lluvias provocaron el desbordamiento de una quebrada y el arrastre de lodo, piedras y material vegetal, afectando al menos tres viviendas y bloqueando varios caminos veredales.
De acuerdo con el alcalde, Daniel Higuita, la emergencia fue provocada por las intensas lluvias que se registran desde la noche del domingo y que causaron el desbordamiento de quebradas y el arrastre de material rocoso y lodo. Tres viviendas resultaron completamente afectadas por la fuerza del agua.
“Se tiene un reporte confirmado de cuatro personas fallecidas, un estimado de tres personas que se encuentran desaparecidas y siete personas atendidas con lesiones menores”, informó el mandatario local, quien aseguró que toda la institucionalidad municipal está concentrada en la atención de la emergencia.
Desde las primeras horas del día, los organismos de socorro, entre ellos los bomberos de Dabeiba, la Defensa Civil, la Cruz Roja y personal de Gestión del Riesgo, trabajan sin descanso en las labores de búsqueda y rescate, apoyados por maquinaria amarilla que intenta despejar las vías rurales bloqueadas por el lodo y los escombros.
El acceso a la zona sigue siendo difícil, lo que ha retrasado la llegada de equipos de apoyo. Aun así, la comunidad se ha unido para ayudar en las labores de remoción de tierra y en la atención de las familias damnificadas.
“Estamos trabajando de la mano con la Gobernación de Antioquia y el Dagran para restablecer la movilidad y atender a las familias afectadas. Pedimos a la comunidad prudencia y solidaridad, y que eleven oraciones por las víctimas”, expresó el alcalde Higuita.
La Gobernación de Antioquia activó los protocolos del Sistema Departamental de Gestión del Riesgo, mientras que se evalúan los daños en viviendas, vías y cultivos de la zona rural.
Por ahora, Dabeiba vive una de sus jornadas más tristes de los últimos años. Las lluvias no cesan y el miedo persiste entre los habitantes, quienes temen nuevos deslizamientos.
En las montañas del Occidente antioqueño, la fuerza de la naturaleza volvió a recordarle al país la fragilidad de la vida y la urgencia de reforzar las medidas de prevención ante las crecientes emergencias por el invierno.
