Un hombre de 25 años fue capturado en flagrancia cuando pretendía extorsionar a una joven de 21 años, exigiéndole $400.000 pesos a cambio de no publicar sus fotos privadas en redes sociales.
Todo empezó días atrás, cuando la joven fue víctima del robo de su celular. Lo que nunca imaginó fue que el ladrón, al revisar los archivos del dispositivo, usaría el contenido para amenazarla y exigirle dinero.
El delincuente la contactó porque el celular hurtado no tenía clave de seguridad y le dio un ultimátum: debía pagarle cuatrocientos mil pesos o publicaría las fotos en redes. Desesperada, la joven decidió acudir a las autoridades, quienes montaron un operativo para atraparlo.
La cita se dio en una esquina de Itagüí donde la mujer fingió aceptar las condiciones y entregarle el dinero, mientras los policías observaban todo a distancia. Cuando el hombre tomó el sobre con los billetes, los agentes intervinieron.
Durante el procedimiento fueron incautados dos teléfonos celulares y una motocicleta, elementos que, según la investigación, eran utilizados para cometer la extorsión.
“Con esta captura evitamos que la víctima fuera nuevamente revictimizada y frenamos una modalidad que cada día se vuelve más común en redes y plataformas digitales”, indicó un vocero de la Policía Metropolitana.
El capturado fue trasladado a la Fiscalía General de la Nación, donde deberá responder por el delito de extorsión agravada, que puede alcanzar penas superiores a los 15 años de prisión.
La víctima, aunque aún conmovida, agradeció la rápida reacción de las autoridades.
La Policía recordó que ningún ciudadano debe ceder ante amenazas o chantajes y que las denuncias pueden hacerse de forma segura a través de la línea 165 del Gaula.
Las autoridades advirtieron que la extorsión digital se ha convertido en una práctica frecuente en el Valle de Aburrá. Los delincuentes aprovechan el robo de celulares o conversaciones privadas para presionar a sus víctimas con la publicación de fotos, videos o información personal.
El caso fue atendido por la Unidad Nacional de Intervención Policial y de Antiterrorismo (UNIPOL), que venía siguiendo los movimientos del presunto agresor tras recibir la denuncia de la víctima.
