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“La carpa de la dignidad”: los trabajadores del Grupo Familia ESSITY levantan su voz contra el poder de la multinacional

by noticias@prensapaisa.com

Prensapaisa.com

Desde la madrugada de este 22 de octubre, frente a las instalaciones del Grupo Familia ESSITY, una carpa improvisada se ha convertido en símbolo de resistencia y esperanza. Allí, entre termos de café, pancartas y cánticos, decenas de trabajadores mantienen un plantón indefinido contra lo que denuncian como una “arremetida injusta” de la administración de la multinacional.

El sindicato SINALTRAFAMILIA, que representa a los empleados, lidera la protesta con un mensaje claro: “El que calla es cómplice, y nosotros no seremos cómplices”.

La jornada, que comenzó hace más de 24 horas, ya se conoce entre los trabajadores como “La Carpa de la Dignidad y la Solidaridad”. Allí, hombres y mujeres que durante años han dedicado su vida a la empresa comparten turnos de resistencia, mientras corean: “¡Unidad, organización y lucha!”.

“No estamos pidiendo privilegios, estamos exigiendo respeto. Somos quienes movemos la producción, quienes sostenemos la marca y quienes más sufrimos cuando las decisiones vienen desde arriba sin mirar al obrero”, afirma uno de los voceros de SINALTRAFAMILIA, con la voz firme pese al cansancio.

Para muchos, esta carpa no solo representa una denuncia puntual, sino la reivindicación de la dignidad obrera frente a un modelo que prioriza las utilidades sobre el bienestar de sus trabajadores.

Durante la jornada, se han escuchado consignas que recuerdan viejas luchas sindicales, mientras las banderas rojas ondean al ritmo de los tambores.

“Todavía cantamos, todavía luchamos, todavía esperamos”, recitan los manifestantes, evocando la canción de Víctor Heredia que se ha convertido en himno de resistencia.

“Lo que le pasa a uno, nos pasa a todos”…

En medio de la carpa, un cartel resume el espíritu del movimiento: “Lo que le pasa a uno, nos pasa a todos”. Esa frase, escrita a mano con marcador negro, se repite en las redes sociales de los trabajadores, donde las fotos del plantón se multiplican acompañadas de mensajes de apoyo de otros sindicatos y organizaciones sociales del país.

“Esta no es solo una pelea por un contrato o una sanción. Es una pelea por la dignidad del trabajo, por la justicia, por el derecho a ser escuchados”, expresó otro de los manifestantes.

Mientras cae la noche, los obreros se turnan para no dejar sola la carpa. Algunos llevan linternas, otros traen termos de chocolate o pan casero. La solidaridad se siente en cada gesto.

A pesar del cansancio, nadie piensa en abandonar. “Durará lo que tenga que durar”, dicen convencidos. Porque, como recuerdan una y otra vez entre aplausos y puños en alto:

“OBRERO UNIDO, JAMÁS SERÁ VENCIDO.”

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