En Medellín y Bogotá se amaneció con un ambiente de campaña. Banderas en alto, camisetas blancas y azules, y un nombre que retumbaba en los parlantes: Felipe “Pipe” Córdoba. El excontralor, con pinta de candidato presidencial, se paró frente a la Registraduría y soltó un discurso que hizo estremecer a más de uno.
No habló como un político de libreto, sino como un paisa que se la juega toda:
“Estoy dispuesto a morir por defenderte, Colombia”.
La frase, contundente y casi de película, quedó grabada entre la multitud. Unos lo aplaudieron con euforia, otros lo miraban incrédulos. Pero de que dio de qué hablar, dio.
Pipe Córdoba no llegó con promesas al aire. Llegó con cifras bajo el brazo:
-51,7 billones de pesos recuperados a los corruptos.
-864 obras abandonadas rescatadas en todo el país.
-Escándalos como Hidroituango, Reficar y el Túnel de la Línea, destapados con plata recuperada para los colombianos.
El movimiento Volvamos a Confiar será su escudo. Van por más de 800 mil firmas antes de diciembre, pero sin descartar una consulta interpartidista para sumar fuerzas. La idea, dice, es unidad sin egos.
“Colombia no necesita improvisados. Necesita un líder preparado, con resultados en la mano”, remató.
El discurso de Pipe oscilaba entre lo épico y lo popular. Frases como “pronto cesará esta horrible noche” le daban un tono de epopeya, mientras sus historias de barrio y trabajo duro lo aterrizaban en la vida real.
Antes de bajarse del atril, repitió lo que ya se siente como su sello:
“Colombia, estoy dispuesto a morir por defenderte. Ese juramento lo hice hace 25 años como soldado, y lo mantengo hoy como candidato”.
Así arrancó la carrera de un paisa que quiere ganarse el corazón de la gente no solo con cifras, sino con frases que suenen en la calle, en el bus y en la esquina.
