La música de bolero y reguetón se escapaba por las rendijas de las puertas en Laureles. Era una noche común: parejas entrando de prisa a los moteles, turistas arrastrando maletas hacia los hostales y recepcionistas detrás de los mostradores ofreciendo su mejor sonrisa. Pero de un momento a otro, todo cambió.
Camionetas oficiales se estacionaron en fila sobre la avenida. De ellas bajaron uniformados de la Policía, funcionarios de la Secretaría de Gestión y Control Territorial y personal de otras entidades. El ambiente se tensó: los que llegaban miraban con desconfianza, los que ya estaban adentro trataban de disimular.
El operativo era para verificar que los establecimientos cumplieran con las normas, reforzar la seguridad y prevenir delitos como la explotación sexual o el tráfico de estupefacientes. En cada puerta se revisaban registros, licencias y cámaras; en los pasillos se pedía identificación a huéspedes y visitantes.
“Yo ya me había ido del centro porque allá no lo dejaban a uno ni respirar, ahora me los encuentro aquí también”, dijo un hombre entre risas nerviosas, recordando cómo en otra ocasión un control policial le interrumpió una noche de pasión. Su comentario corrió como pólvora entre quienes esperaban turno, arrancando carcajadas en medio del ambiente tenso.
Algunos comerciantes aplaudieron la presencia de las autoridades: “Esto da confianza, porque Laureles es zona de turismo y no podemos permitir que se descontrole”. Otros, en cambio, se quejaron del “timing” de las requisas: “¿Por qué siempre en las horas más movidas?”.
La noche avanzó entre libretas de apuntes, radios encendidos y puertas que se abrían con recelo. Los funcionarios cumplieron con su tarea, los huéspedes con su paciencia y los vecinos con su curiosidad. Al final, el mensaje fue contundente: los controles seguirán en toda la ciudad, sin importar la comuna, el día ni la hora.
En Laureles, esa noche no fue una más. Entre risas incómodas, suspiros cortados y sellos de aprobación, quedó claro que la intimidad también convive con la institucionalidad.



