Una fuga de presos se presentó, durante el amanecer del 10 de marzo, al interior de la estación de policía Giradota. En el sitio escaparon ocho privados de la liberta y dos fueron recapturados cuando iban para sus casas.
Los detenidos escaparon vestidos de sacerdotes, monjas y con uniformes de empresas. Los patrulleros aseguraron que no sintieron ruidos mientras estaban en el cambio de turno y otros contaron que no los vieron al momento de dar la ronda municipal.
Reflexión de un defensor de derechos humanos. 
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“Este es el resultado del fuerte e inhumano hacinamiento carcelario que está afrontando el Valle de Aburrá. La gente ya está buscando como de lugar salir de esos campos de concentración que es en lo que se convirtieron desde hace 10 años.
Gracias a la ausencia de la cárcel municipal para sindicados, en Medellín, las estaciones de policía están con hacinamiento.
Aunque la corte constitucional ordenó a la administración de Medellín, desde octubre de 2019, la construcción de un sitio adecuado para la resocializacion y rehabilitación no se ha terminado y sin dejar de mencionar que eso también acarrea grandes problemas a los custodios de estas personas.
Sin embargo, hay que tener en la cuenta que la vigilancia y custodia de los privados de la libertad es también una carga laboral que no está en las funciones de la policía”.
